En la tarde de Victoria se jugó un encuentro vibrante y lleno de polémicas. El Matador llegaba con cuatro partidos sin derrotas y el equipo del Viaducto venía de derrotar a Banfield en el Sur.
De entrada y sin hacer mucho, Tigre se encontró con un penal a favor pero no lo pudo aprovechar ya que Campestrini se lo negó al "Chino" Luna. A pesar de esto el equipo no decayó y siguió buscando, siendo el amplio dominador del partido. El Matador comenzó a crecer y tuvo claras chances de gol para abrir el partido. Primero Román Martínez remató desviado desde adentro del área y después Luna se encontró con el travesaño.
Cuando el reloj marcaba media hora de partido y cuando mejor jugaba el local, Emilio Zelaya recibió solo en el área, desparramó a Javier García y así convirtió el primero del partido. Fue un baldazo de agua fría para Tigre que era claramente superior al rival. Solo quedó tiempo para un intento de Aguirre, pero García respondió bien tirándose a los pies del volante y evitando que este rematara.
En el complemento fue todo lo contrario para el Matador. Sin lucirse, tuvo dos claras y no perdonó. Primero "Cachete" Morales cambió un penal (dudoso) por gol, definiendo suave y contra el palo. Lo que provocó el enojo del banco visitante y la expulsión de su DT, Gustavo Alfaro. Minutos más tarde, Mariano Echeverría recibió el balón en el borde del área y con una media vuelta puso la pelota junto al palo y así Tigre se puso en ventaja.
El Matador se imponía merecidamente en el resultado, ya que fue el equipo que siempre buscó y fue el que más chances de gol tuvo. Por el lado de Arsenal, los de Sarandí se replegaron siempre en su campo, intentando lastimar de contra o con alguna pelota parada.
A los 25' se iría expulsado Cristian Campestrini, quien ya estaba amonestado y por seguir protestando, vio la segunda tarjeta. De ahí en más, Tigre se hizo dueño de la pelota, y parecía que lo podía definir en cualquier momento, pero los delanteros no estuvieron finos en la definición y lo pagaron muy caro. A 5' del final, Guillermo Burdisso de cabeza consiguió el empate para Arsenal tras un tiro libre de Adrián González.
Tigre pagó carísimo la falta de definición y no haber liquidado el partido en su momento. Arsenal, un equipo siempre duro y difícil tuvo tres y convirtió dos. El Matador no aprovechó su hombre de más ni la ventaja de haber contado con tantas chances de gol y hasta dos penales a favor.
Un punto con sabor a poco, pero que sin dudas suma y puede llegar a tomar otro color el jueves si Tigre se trae los tres puntos de La Paternal. Lo que sí queda claro, es que jugando como hoy se van a conseguir más puntos de los que se van a perder. El equipo se acostumbró a ser superior que sus rivales y a jugar con la pelota al piso. Hay errores que corregir, es cierto. Pero esto recién empieza y por ahora, se está yendo por el camino correcto.
Párrafo aparte para Rodolfo Arruabarrena que no realizó ninguna variante en todo el encuentro. Cuando el partido pedía un cambio para que ingrese algún jugador con aire fresco, o solo para enfriarle el partido a la visita que empezaba a llevar la pelota cada vez más cerca del arco de García. No se entiende por qué el DT decidió jugar todo el partido con los mismos once, sabiendo que había más de un jugador cansado y especialmente porque se jugarán tres partidos en una semana.
